viernes, 28 de mayo de 2021

ESPIRITUALIDAD.

 



“La espiritualidad es mirar a tu vecino y comprender que su mal humor es causa de su dolor, y no sentirte ofendido.
Espiritualidad es que las cosas no salgan como tú deseas y aceptar que así ha de ser para tu aprendizaje.
Espiritualidad es hacerte responsable de tus circunstancias, es no creerte la víctima, es no culpar a nadie de lo que te sucede.
Espiritualidad es vivir en la alegría, o en el silencio, o en el bullicio, o en la tormenta, o en la luz, o en la oscuridad, vivir lo que la vida te propone, sin pretender que sea otra cosa.
Espiritualidad es comprender que si te enfermas, no solo hay que atender los síntomas físicos, sino también ver que emociones no estás gestionando, y atender que lo que hace tu cuerpo es mandarte un mensaje.
Espiritualidad es caminar disfrutando de cada paso del camino, independientemente de lo que te suceda. Es atender las emociones sin identificarte con ellas. Es cuidar tus pensamientos y tus palabras. Es ser coherente y mantener la autenticidad en todos los ambientes y en todas las circunstancias.
Espiritualidad es abrazarlo todo. Es amar el mundo tal y como es, con todo lo que contiene. Sin juzgarlo, sin quejarte, sin poseer.
Espiritualidad es compartir, es estar en paz. Es dejar que cada uno viva como le plazca. Es comprender que nada es real y que a la vez, hay que ser impecables a la hora de jugar la partida de la vida.
Y no hablo de religión, no hablo de dogmas, no hablo de pecados, no hablo de creencias, no hablo del bien y del mal, no hablo de iglesias, ni de maestros, ni de normas.
Hablo de lo que late cuando consigues parar y mirar hacia dentro, y te das cuenta de que no tendría sentido la vida, si solo fuéramos materia. Si solo estuviéramos aquí para pasar el rato. Si solo fuéramos un puñado de carne, de vísceras, de arterias. Si solo fuéramos un deseo atrapado en un cuerpo, sin un alma que anhela sentir de nuevo, el amor del que sin duda forma parte"
LxA

HAZ.



Cada minuto alguien deja este mundo atrás.
Todos estamos en “la fila” sin saberlo.
Nunca sabremos cuántas personas están delante de nosotros.
No podemos movernos al fondo de la fila.
No podemos salirnos de la fila.
No podemos evitar la fila.
Así que mientras esperamos en línea:
Haz que los momentos cuenten.
Haz prioridades.
Haz el tiempo.
Da a conocer tus cualidades .
Haz que las personas se sientan importantes.
Haz oír tu voz.
Haz grande las pequeñas cosas.
Haz sonreír a alguien.
Haz el cambio.
Haz el amor.
Haz la paz. Une, no dividas.
Arréglate .
Asegúrate de decirle a tu gente, a tu familia, que las amas.
Asegúrate de no haber omitido el bien a tu prójimo.
Asegúrate de estar listo.
LxA.

jueves, 27 de mayo de 2021

LECTOR QUE ASUMES...

 





“LECTOR
QUE ASUMES estos versos,

has de saber que su autora es una bestia innoble

que no puede callarse. Que escribe

sobre entrañas y personas decentes,

y despierta cada día dentro de una cabeza

derramada en chirrido.

Que entrega

y delata a los que más quiere,

sin borrar nada, perder nada,

midiendo el valor de una vida

por los libros leídos,

libros escritos.

Su nula dignidad

y su poca ética.”

Pilar Adón.
Poemario: "Da dolor"

A TODAS LAS MUJERES.

 


Frágil, opulenta mujer, matriz del paraíso,
eres una semilla de culpa
incluso ante los ojos de Dios
a pesar de tus santas guerras
por la emancipación.
Aplastaron tu belleza
y queda un esqueleto de amor
que aún sigue gritando venganza
y tú solamente aciertas
todavía al llorar,
después te das vuelta y ves todavía a tus hijos,
después te das vuelta y no sabes todavía decir
y callas maravillada
y entonces te vuelves grande como la tierra
y elevas tu canto de amor.
Alda Merini.

miércoles, 19 de mayo de 2021

UN LOCO.



Es una tarde mustia y desabrida
de un otoño sin frutos, en la tierra
estéril y raída
donde la sombra de un centauro yerra.
Por un camino en la árida llanura,
entre álamos marchitos,
a solas con su sombra y su locura
va el loco, hablando a gritos.
Lejos se ven sombríos estepares,
colinas con malezas y cambrones,
y ruinas de viejos encinares,
coronando los agrios serrijones.
El loco vocifera
a solas con su sombra y su quimera.
Es horrible y grotesca su figura;
flaco, sucio, maltrecho y mal rapado,
ojos de calentura
iluminan su rostro demacrado.
Huye de la ciudad... Pobres maldades,
misérrimas virtudes y quehaceres
de chulos aburridos, y ruindades
de ociosos mercaderes.
Por los campos de Dios el loco avanza.
Tras la tierra esquelética y sequiza
¿rojo de herrumbre y pardo de ceniza?
hay un sueño de lirio en lontananza.
Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano!
¿¡carne triste y espíritu villano!?.
No fue por una trágica amargura
esta alma errante desgajada y rota;
purga un pecado ajeno: la cordura,
la terrible cordura del idiota.
Antonio Machado.

lunes, 17 de mayo de 2021

BODAS DE PLATA.



Cuando se vuelve muda la carne clamorosa,
para ella nos queda la ternura.
Persiste el resplandor de aquel hermoso incendio
que fuera un día himno de deleite, ramo de música viviente.

Debajo de las pálidas cenizas
palpita todavía
el jubiloso cantar de aquella hoguera.
Los ojos escaparon a otros paraísos;
tocó en otras playas la barca del deseo,
pero en el centro del alma está incrustada
aquella música lejana, suave y tenaz como el perfume
de la infancia.
Cuando se vuelve muda la carne clamorosa,
aletea gimiente en el mas puro rincón de la existencia
el pájaro gris de la ternura.
Gastón Baquero.


domingo, 16 de mayo de 2021

CIERTA PLEGARIA.



Prometo:
ser feliz en tu distancia
reir a carcajadas cuanto pueda
bailar hasta las seis de la mañana
creer que aún sin ti vale la pena.
🖤

MARÍA ZAMBRANO.


Ni los aires vuelvan a correr su vuelo.
Hondo aljibe del silencio
deja correr tu tesoro
inunda con él la noche,
los espacios,
los ciegos corazones.
Para definitivamente el tiempo
clava en la noche al tiempo,
silencio y muerte, solos;
muerte y silencio, quietos.
María Zambrano.

miércoles, 12 de mayo de 2021

EL BUEN SENTIDO.


Hay, madre, un sitio en el mundo, que se llama París.
Un sitio muy grande y lejano y otra vez grande.
Mi madre me ajusta el cuello del abrigo,
no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar.
La mujer de mi padre está enamorada de mí,
viniendo y avanzando de espaldas a mi nacimiento y de pecho a mi muerte.
Que soy dos veces suyo: por el adiós y por el regreso. La cierro, al retornar.
Por eso me dieran tanto sus ojos, justa de mí, in fraganti de mí,
aconteciéndose por obras terminadas, por pactos consumados.
Mi madre está confesa de mí, nombrada de mí.
¿Cómo no da otro tanto a mis otros hermanos?
A Víctor, por ejemplo, el mayor,
que es tan viejo ya, que las gentes dicen: ¡Parece hermano menor de su madre!
¡Fuere porque yo he viajado mucho! ¡Fuere porque yo he vivido más!
Mi madre acuerda carta de principio colorante a mis relatos de regreso.
Ante mi vida de regreso, recordando que viajé durante dos corazones por su vientre,
se ruboriza y se queda mortalmente lívida, cuando digo, en el tratado del alma: Aquella noche fui dichoso.
Pero, más se pone triste; más se pusiera triste.
-Hijo, ¡cómo estás viejo!
Y desfila por el color amarillo a llorar, porque me halla envejecido, en la hoja de espada, en la desembocadura de mi rostro.
Llora de mí, se entristece de mí.
¿Qué falta hará mi mocedad, si siempre seré su hijo?
¿Por qué las madres se duelen de hallar envejecidos a sus hijos, si jamás la edad de ellos alcanzará a la de ellas?
¿Y por qué, si los hijos, cuanto más se acaban, más se aproximan a los padres?
¡Mi madre llora porque estoy viejo de mi tiempo y porque nunca llegaré a envejecer del suyo!
Mi adiós partió de un punto de su ser, más externo que el punto de su ser al que retorno.
Soy, a causa del excesivo plazo de mi vuelta, más el hombre ante mi madre que el hijo ante mi madre. Allí reside el candor que hoy nos alumbra con tres llamas. Le digo entonces hasta que me callo:
-Hay, madre, en el mundo un sitio que se llama París.
Un sitio muy grande y muy lejano y otra vez grande.
La mujer de mi padre, al oírme, almuerza y sus ojos mortales descienden suavemente por mis brazos.
César Vallejo.

MI CASA, ESTA MUJER:

 


Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Como ella, con ella, todo a mi alrededor reposa. Cuando ella despierte, también lo harán las cosas. Volverán a abrirse las puertas, correrá el agua otra vez, los pasos avivarán la vieja escalera, caerá de nuevo la luz sobre las plantas. Yo retornaré a mi mesa, a las palabras, y su voz, como un halo, circundará mi día. Cuando ella se haya ido a su trabajo, alzaré los ojos de la página, y un tapiz, un clavel, un amuleto inesperado en la cocina de la casa repetirán el nombre de esta mujer que todo lo pobló con su presencia y el acierto de sus manos. Ella es mi casa, puerta mayor de acceso al sentido de estos cuartos. Si el egoísmo o la indiferencia quiebran nuestro encuentro, la casa se oscurece. Como una dura denuncia de soledad sin remedio, las paredes se cargan de presagios, se repliega el color de cada cosa, la casa se vacía, y habitarla es quedar a la intemperie. Mi casa es esta mujer que ahora duerme a mi lado. Cuando ella anda lejana, todo es lejano en la casa; con ella se van en tropel las cosas de mi entorno, y estar aquí se vuelve una tortura; acosa cada sitio, cada paso lastima, rincones y objetos se hacen inservibles. Y la casa recuerda, en un susurro triste, que alguna vez supimos ser mejores. Si renace la alegría, renace la casa. Cuando la lucidez o el deseo vuelven a reunirnos, la casa otra vez se ilumina: tienen sentido mis papeles, cada cuarto es la evidencia de un proyecto. La casa entera es una fiesta y por la vieja escalera vuelve a correr el aliento suave y denso de la vida.

Santiago Kovadloff.