domingo, 12 de septiembre de 2021

ALEJANDRA PIZARNIK (II)

 


"Sé, de una manera visionaria, que moriré de poesía. Es una sensación que no comprendo perfectamente; es algo vago, lejano, pero lo sé y lo aseguro"
ALEJANDRA PIZARNIK.
Entrar en la poesía de Alejandra Pizarnik no es un paseo alegre y desenfadado por veredas multicolores, no, se trata de bucear a pulmón en las profundidades oscuras de un ser humano complejo y atormentado por el dolor ante su íntima percepción de una existencia vacía, sin sentido, donde se aprecia una única y perseverante constante: la muerte como solución, como salvación, como redención. Sin embargo, es también su poesía, cautivadora, profundamente intimista y de una sensualidad brutal y severa. Al decir del escritor Octavio Paz en el prólogo de uno de sus textos:
"...la obra de Pizarnik lleva a cabo una «cristalización verbal por amalgama de insomnio pasional y lucidez meridiana en una disolución de realidad sometida a las más altas temperaturas"
Sin mas preámbulos, acá poesía pura y dura.
I-.QUIEN ALUMBRA
Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
II-.PRESENCIA
tu voz
en este no poder salirse las cosas
de mi mirada
ellas me desposeen
hacen de mí un barco sobre un río de piedras
si no es tu voz
lluvia sola en mi silencio de fiebres
tú me desatas los ojos
y por favor
que me hables
siempre.
III-.MENDIGA VOZ
Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.
En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.
IV-.OJOS PRIMITIVOS
El color infernal de algunas pasiones, una antigua ternura. Los faltos de algo, de todo, al sol negro de sus deseos elementales, excesivos, no cumplidos.
Alguien canta una canción del color del nacimiento: por el estribillo pasa la loca con su corona plateada. Le arrojan piedras. Yo no miro nunca el interior de los cantos. Siempre, en el fondo, hay una reina muerta.
V-. El sol como un gran animal demasiado amarillo. Es una suerte que nadie me ayude. Nada más peligroso, cuando se necesita ayuda, que recibir ayuda.
VI-.No oigo los sonidos orgasmales de ciertas palabras preciosas.
en efecto, las formas, las voces, los rumores, las caídas de muerte en muerte, no tienen fin.
espacio de desafección en donde no se sabe qué hacer con tanto no querer.
VII-.Necesitas límites mentales.
Necesitas no esperar.
Necesitas no esperar nada de los demás.
Necesitas no traficar con tu dolor.
Necesitas orgullo y soledad.
Necesitas orden.
Necesitas poesía.”

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