lunes, 24 de junio de 2019

EL ÁRBOL DE LOS AMIGOS.


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices, por el simple hecho de que se hayan cruzado nuestro camino.
Algunas caminan a nuestro lado, viendo juntos muchas lunas pasar. Pero, en cambio, otras sólo las vemos durante la cortedad de un instante. A todas ellas las llamamos amigo. Existen muchos tipos de amigos. Tal vez, cada hoja de un árbol caracterice a uno de ellos. La primera hoja, la que nace del brote es el amigo madre, el amigo padre y nos muestran lo que es tener la vida. Después, viene el amigo hermano, con quien dividimos nuestro espacio, para que él florezca como nosotros. Luego, pasamos a conocer toda la familia de hojas, la cual respetamos y deseamos el bien. 
Pero el destino nos trae otros amigos, los cuales ni tan siquiera sabíamos que se iban a cruzar en nuestro camino. Muchos de esos son denominados amigos del alma. Son sinceros, verdaderos, saben cuándo no estamos bien y conocen lo que nos hace feliz. A veces, uno de esos amigos del alma está en nuestro corazón. Y entonces pasa a llamarse novio, novia, enamorado, enamorada. Eso le da brillo especial ante nuestros ojos, música a nuestros labios, ligereza a nuestros pies.
Pero también hay aquellos amigos que lo son por un tiempo. Tal vez, por unas vacaciones, o aún por un día, o una hora, quién sabe. Ésos suelen colocar muchas sonrisas en nuestra cara, durante el tiempo que están cerca. Pero hablando de la amistad, no podemos olvidarnos de los amigos distantes, aquellos que se quedan en las puntas de las ramas, pero que cuando el viento sopla aparecen nuevamente entre una hoja y otra. El tiempo pasa, el verano se va y el otoño se aproxima, y perdemos algunas de nuestras hojas. Algunas nacen en el próximo verano mientras otras permanecen por estaciones. Pero, lo que nos deja más felices es que las que se cayeron continúan cerca, continúan alimentando nuestra raíz con alegría. Con los recuerdos de los momentos maravillosos vividos mientras cruzaban nuestro camino. 
Yo les deseo, hojas de mi árbol; paz, amor, salud, éxito, prosperidad, hoy y siempre, sencillamente porque cada amigo es único. Siempre nos deja algo de sí y se lleva algo de nosotros. Los hay que se llevaron mucho, pero no hay los que no dejaron nada. Y esa es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente que las almas no se encuentran por casualidad.
Entonces, qué más pudiera decirles, creo que solo me resta agradecerles, queridos amigos,  el regalo de este encuentro, ha sido una verdadera maravilla el  poder volver a compartir  recuerdos y vivencias de nuestra juventud, ahora hemos sembrado los próximos recuerdos, hemos honrado el privilegio que hemos tenido de conocernos, por éso, les llegue mi abrazo a todos y cada uno de ustedes, y muchas gracias!

6 comentarios:

  1. Dice un refrán, o alguien dijo que... "andábamos sin buscarnos pero sabiendo que nos íbamos a encontrar". Otro abrazo

    ResponderBorrar
  2. Cuando digo q debieras escribir un libro, lo hago de corazón. Palabras muy bellas. Encuentro emocionante. Un beso.

    ResponderBorrar
  3. Amigos del alma. Dices bien amiga hermana. Un beso a ti que promotora constante de esos encuentros de amigos hermanos. Para toda la vida

    ResponderBorrar
  4. Es curioso y lo transcribire tal como lo vi. En una de las paredes del Café Neruda donde se dio este Reencuentro había una cita de Neruda tras recibir su premio Nobel de literatura el 10 de diciembre de 1971 (otorgado el 21 de Octubre) Y dice:" debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa fase de Rimbaud: Solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano. "
    Creo que vivimos un momento muy semejante a una poesía cargada de múltiples emociones donde hasta el más mínimo recuerdo estuvo presente.

    ResponderBorrar