…Los niños son seres libres, que piensan libremente y que llegan más allá. Son más brillantes que nosotros y tienen mejores ocurrencias y mejores reflexiones, porque nadie les ha retocado todavía el pensamiento con eso que llaman «Educación». Y lo más importante: los niños usan el sentido del humor sin darse cuenta, como una fórmula más para decir con precisión lo que sienten (a mí este detalle me parece tan importante como el descubrimiento de la penicilina). Sus argumentos son difíciles de contestar y dicen las cosas con una determinación que ya la quisiera para sí el mejor de los cómicos. Es evidente que, con la edad, hemos perdido algo muy valioso por el camino, alguien, a base de ataques y desplantes a nuestra autoestima, nos lo ha ido quitando, lo ha ido dejando cada vez más sordo, cada vez más ciego, cada vez más borroso, cada vez más insignificante, hasta que un día, cuando vas a decir una de esas cosas que diría un niño, te callas, porque te da vergüenza… Pues ¡que sepas que te han derrotado!…La capacidad de ser feliz está en esa parte salvaje de ti con la que viniste al mundo y que has ido escondiendo por el «qué dirán»... Desentierra la parte del niño que hay en ti y sácala a la luz. Ésa es la mejor versión de ti mismo que tienes. Sonríe como un niño, mira como un niño, juega como un niño y tu vida mejorará inmediatamente. Y, por favor, no te olvides de una cosa: manda a la mierda lo serio, nadie quiere estar serio salvo que esté enfermo. Así que no te dejes contagiar. Éste es el secreto de la felicidad. Íntimamente ya lo sabíamos, pero, si necesitas pruebas, continúa leyendo y compruébalo.
David, 4 años: Mirando
el Guernica de Picasso, dijo: «Pero ¿qué desorden es éste?».
Patricia, 4 años: Patricia
se perdió un día en un centro comercial, se acercó a un guardia de seguridad y
le dijo: «Perdone, se han perdido mis papás». Y él le preguntó: «¿No te habrás
perdido tú?». Y Patricia contestó: «No, no, yo estaba viendo los juguetes».
Uriel, 3 años: Un
día Uriel estaba con sus padres en la terraza del bar que ellos tienen y, sin
venir a cuento, Uriel le dijo a su padre: «Papá, hay que comprarte unos
cojones, que mamá dice que no tienes».
Alejandro, 5 años: Alejandro
estaba en la piscina con su padre tomando el sol y le preguntó de repente:
«Papá, si yo me pongo muy moreno, ¿seguiré hablando español?».
María, 5 años: Un
día le dijo María a su madre: «Mamá, ¿sabes qué es un hongosexual?». «No, mi vida, ¿qué es?», le preguntó su madre. María
contestó: «Pues es como un guay,
pero que le gustan los chicos».
Ángela, 3 años: Este
año ha empezado el cole y a las dos semanas de empezar, su tío le preguntó qué
tal le iba y ella le dijo: «Pues ya me han castigado sin recreo por pelearme
con una niña. Si la vida sigue así, a mí me agobia».
Henar, 5 años: Un
día su padre llegó de trabajar y le dio un beso y, cuando el padre se estaba
alejando, Henar se limpió disimuladamente la mejilla. Su padre, un poco
enfadado, le dijo: «Oye, no te limpies mi beso». Y Henar respondió: «No me lo
estoy limpiando, me lo estoy extendiendo».
Iván, 6 años: «Los
mayores son fuertes y no lloran de dolor... Lloran de tristeza, de amor, de
cebolla...».
“El
tesoro secreto. Frases célebres de niños” Frag…
Autor:
Pablo Motos.
Los niños son geniales. Yo colecciono estas frases y sí, cuando dices "lo que te sale del mapa del clítoris" Pérez Reverte (2010)Normas APA y todo, toy acabando!!! la gente te mira raro. O piensas que no eres normal. O que eres una pesada. O más.
ResponderBorrarCuando llegas a cierta edad, nada de lo que digan te importa mucho.
Así es, pero está bien Yem, yo creo que éso es ser genuino, como dijo algún autor del que no recuerdo el nombre: Quien no encaja en el mundo está muy cerca de encontrarse a sí mismo. Así que poco importan las opiniones ajenas, basta conque tú estés a gusto contigo! saluditos y gracias mil por tus comentarios!
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