jueves, 23 de mayo de 2019

NOMBRAR LA TERNURA.




No sé muy bien porqué, pero sucede que la gente que se quiere, sin proponérselo  inventa palabras…le ponemos nombres raros a las mascotas, alias graciosos a los amigos, “humanizamos” con nombres simpáticos nuestros objetos significativos…lo hacemos todos, incluso los enfermos mentales lo hacen (neologismos le llaman en el caso de ellos) y es que ellos también quieren, también sienten…
 Entonces pienso yo que ésto no es más que nuestro  intento desesperado por dejar huella,  “fotografiar” la emoción, el sentimiento, por retener y “eternizar” las ganas de quererse, de darse… por esquivar la temporalidad de todo, de todos…por burlar, por un instante, la muerte.
Que se atreva alguien a negarme ésto… le responderán a gritos mi KarencitaMaríaVirginiadelaCaridad, mis Pachutos, mi Matojo, mi Mimamiriam, mis Genízaros, mis Regullones, mi Panconná y mi Panconpeo, mi Lago y mi Machete, mi Coso, mi Huevitoamarillo, mi Jamanech, mis Cuquiñis,  mi Chipurruca, mi Patinejo, mi Kinikini, mi Martulín… a ellos todos, les llamo yo “Ternura”. Pregúntenles si quieren, ellos no me van a dejar mentir.





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