LOS AUTÉNTICOS.

En la naturaleza existe una especie en peligro de extinción, los auténticos...
La envidia, el egoísmo, el poder, la avaricia, la ambición y la soberbia han ido destruyendo su hábitat.
Pocos quedan y viven con el miedo de ser destruidos y contagiados por alguno de los virus que rompen personalidades.
Ellos necesitan poco para sobrevivir, son fuertes, libres y poseen un corazón más grande que el resto de especies.
Algunos lo llevan por fuera, ya que no les cabe en el pecho y ello les lleva a correr un gran peligro.
Yo conozco a unos pocos, sinceramente, muy pocos.
Ellos son capaces de sacarme de un estado de pijama permanente, con una tarta casera de chocolate, una película de llorar y una resaca de helado.
Ellos dicen SÍ, AHORA, MUY BIEN , VOY... y es; SI, AHORA, MUY BIEN, VOY...
Ellos miran fijamente a los ojos y hablan verdades que duelen, pero luego te dan un abrazo y recomponen los trozos rotos.
Ellos no conocen la envidia ni el egoísmo, cuando brilles serán los primeros en venir a tu fiesta, y los últimos en irse, porque necesitarás ayuda con tanta emoción.
Ellos te regalaran una sonrisa y un te quiero en medio de la situación más inesperada y en la que más lo necesites.
Ellos iluminan caminos oscuros, oscuros sentimientos y pesimistas emociones.
Jamás palmotean tu espalda cuando lloras, la acarician, y son capaces de alborotarte el pelo recién cepillado.
Los auténticos tienen luz propia, la recargan frente al mar, en largos paseos por el bosque, observando todo lo que les rodea, sonriendo continuamente  y repartiendo amor.
Si tienes un auténtico, protégelo.
Si no lo tienes, mírate dentro, quizá algo te está fallando...