




La vida es tan tenaz, tan bella, tan poderosa, que
incluso desde los primeros momentos de la pena te permite gozar de instantes de
alegría: el deleite de una tarde hermosa, una risa, una música, la complicidad
con un amigo. Se abre paso la vida con la misma terquedad con la que una
plantita minúscula es capaz de rajar el suelo de hormigón para sacar la cabeza.
“La ridícula idea de no volver a verte”
Rosa Montero.
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