martes, 1 de junio de 2021

SANAR.


 
Sanar heridas no es hacerse reiki, colocarse cristales y abrirse registros.
Sanar no es leerse tarot, tomar flores de Bach y pendulear con un hebreo.
Sanar no es sólo armonizarse.
Sanar es HACERSE CARGO, y eso no es para cualquiera, es solo para valientes y corajudos que se animan a adentrarse al alma, seguir su guía y dirección.
Sanar es profundo e intenso, y conlleva mucha energía y mucho tiempo, tanto tiempo...tanta paciencia...tanto nos hemos desoído...
Batallar con un ego que se resistirá a los cambios que broten del alma es también sanar. Sanar es sangrar, supurar, doler, comprender, perdonar, perdonarse y al fin soltar...
Sanar es pasar por sucesivos estados de enojo, de tristezas, de necesidad de soledad y silencio...sanar es adentrarse a las sombras y aceptarlas.
Sanar es, a pesar de todo, maravilloso porque es liberador y libertador. Reiki, cristales, akáshicos, yoga, Bach, son todas herramientas pero el canal de sanación ERES TÚ.
Y tú sanarás cuando vuelvas a conectar con ese lugar sagrado dentro de ti que nunca fue tocado, ni quebrado, ni dañado. Es tu verdadero ser, absoluto, siempre presente, inocente y libre, desde el cual puedes volver a nacer infinitas veces. Tu esencia es indestructible

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