Si dejas la lavadora puesta mientras doblas la ropa que ya está seca tendrás más tiempo para después tender la cama. Si compras la comida en lugar de prepararla tendrás más tiempo para barrer y trapear esa mañana.
Pero si observas bien te darás cuenta que no importa cuánto tiempo ahorres, porque la limpieza y los cuidados son un ciclo eterno que nunca termina. Y cuando llega la noche y estás en tu cama, en silencio, porque todos duermen, y la casa ya está limpia y los trastes también, el piso brillante y la ropa doblada, ahí, mirando al techo que no se ve claramente por la oscuridad, te preguntas ¿por qué no hubo mas tiempo para ti?
El libro está en el librero, con el separador en la hoja 20 desde hace 6 meses, la serie no ha pasado del primer capítulo, la cita para las uñas y depilación la has reagendado ciento de veces, la reunión para tomar un café y ponerse al día jamás se concreta en días, la llamada a tu amiga la harás, tal vez mañana y así, el tiempo de cuidados y limpieza se percibe como algo voraz y veloz que nunca acaba y siempre va tan rápido, pero el tiempo para ti se congela y va siempre lento, tan lento que se vuelven meses y después años.
Y luego el marido se pregunta ¿qué le vi a esta fodonga?
Y al final sabremos que el pelo siempre se vuelve blanco, la piel se arruga y los libros quedan intactos, las canciones detenidas, pero eso sí, la casa siempre limpia y los niños bañados."
Date tiempo para ti mujer bella que el tiempo no perdona ni se detiene, y el marido y los hijos tarde o temprano se van.
LxA.
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