lunes, 25 de marzo de 2019

BRINDIS.




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Hoy voy a hacer un brindis por mí, por lo que soy, por lo que valgo, por lo que tengo y por lo que no.
Por aquellos amores que he disfrutado, por los que han quedado a mitad de camino, por los que me enseñaron a no repetir, por los que fueron cobardes y no se la jugaron por mí, ni conmigo, por las veces que yo  fui y dejé de ser, pero sobre todo por este amor maduro, construido y reconstruido día a día y que aún ilumina mis horas.
Por mis hijos, los que son sangre de mi sangre pero también por aquellos que no lo son, por todos ellos  que me han valido desvelos, lágrimas y emociones, que han crecido delante de mis ojos y se han convertido en hombres nobles que me enorgullecen.
 Por las grandes amistades que conservo desde hace años, esos hermanos del alma que andan desperdigados por el mundo y también por estos otros que tocan a mi puerta sin aviso ni permiso, como está establecido y debe de ser, por todos ellos, que encienden mi memoria y mi alegría en cada contacto.
Por los que van llegando y van demostrando de qué palo están hechos. También, por qué no, por los que se alejaron.
Por los que me demostraron que no sirven ni para enemigos.
Por quien me saca sonrisas a diario, por quien  hace lindos mis días, por quien enciende mi deseo y me hace sacar lo mejor de mí.
Por aquellos que no me pueden ver ni en pintura, ni yo a ellos.
Por quien me ama, y por quien me odia.
Por todos sin excepción, hoy brindo por todos y cada uno de aquellos, que me han hecho, deshecho, roto y remendado, a los que me frenaron, paralizaron y paradójicamente impulsaron a ser quien soy hoy:  
Salud !


martes, 12 de marzo de 2019

DE POEMAS Y PLEGARIAS.


“Miel imprevista”

Volvió la abeja a mi rosal
Le dije: es tarde para mieles
Aún me dura el invierno
Volvió la abeja
Elige, le dije
Otra dulzura,
Otra frescura inocente
Era la abeja obscura
Y se obstinaba en la corola hueca
Clavó su sed
Sobre la rosa seca
Y se fue cargada de dulzura.

ll
“Si me quieres”
Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz y sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!…
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!

 Dulce María Loynaz.                 




Llegue pronto el día en que miremos sin escudriñar, sin juzgar, sin estigmatizar...
Ocurra en breve que dejemos de excluir, de reír con cinismo ante el aspecto diferente...
Sea ya que desterremos odios, rabias, miedos, prejuicios, que aceptemos naturalmente la diversidad, que aprendamos a convivir sin temores con la diferencia...
Nos convoque a todos la bondad, la ternura, el reconocimiento y el trato amoroso, sin excepciones...
Entonces, y solo entonces,  nos habremos acercado levemente a avizorar ese tan añorado sueño de grandeza y libertad al que aspiramos.


      

domingo, 10 de marzo de 2019

PÁJARO AZUL.








Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro.
Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
montarme un lío?
¿Es que quieres
mis obras?
¿Es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
Luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

ELLAS.



ELLAS.

Ellas toman decisiones por sí mismas, tienen deseos propios y marcan límites.
Ellas no se dejan manipular, ni se guardan culpas, asumen responsabilidades, cuestionan, analizan, discuten, no se conforman, avanzan fieles a su instinto.
Esas mujeres no buscan en la pareja a un líder a quien seguir, a un papá que les resuelva la vida ni un hijo a quien rescatar.
Ellas no quieren seguirte ni marcarle el camino a nadie, quieren caminar a tu lado siendo tu complemento divino.
Ellas saben que la vida sin violencia es un derecho, no un lujo ni un privilegio.
Ellas expresan enojo, tristeza, dolor, alegría y miedo por igual, porque saben que el miedo no las vuelve débiles de la misma forma en que el enojo no las vuelve "masculinas", las vuelven más humanas.
Ellas son libres por naturaleza porque han luchado por su libertad.
Pero no son víctimas, son sobrevivientes. No trates de encadenarlas porque ellas sabrán como escapar. Recuerda que ya lo han hecho antes.
Ellas saben que su valor no radica en la apariencia de su cuerpo ni en lo que haga con él.
Piensa y actúa con conciencia antes de juzgarlas por su edad, estatura o conducta sexual, porque esto es manipulación emocional y ellas lo saben antes que tú.
Ellas, cual pájaro libre, despliegan sus alas y alzan vuelo, aún a contracorriente.
Así que, antes de pensar que deseas a una mujer de verdad en tu vida, pregúntate si tú realmente estás hecho para honrarlas, merecer estar en sus vidas y volar su vuelo. 


DE NOSTALGIAS Y OFRECIMIENTOS.



I
El alba inútil me sorprende.
El alba inútil me sorprende en una esquina desierta; sobreviví a la noche.
Las noches son como olas orgullosas; olas azul oscuro, de pesadas crestas, cargadas con los tonos de profundos despojos, cargadas de improbables y deseables cosas.
Las noches acostumbran misteriosos dones y rechazos, de cosas que se dan por la mitad y a medias se retienen, de delicias que albergan un hemisferio oscuro. Así obra la noche, yo te digo.
La marea, esa noche, me dejó los jirones y retazos disjuntos de costumbre: algunas amistades que odio, para charlar; música para sueños; la humareda de cenizas amargas. Las cosas a las que mi corazón hambriento no puede hallarles uso. La gran ola te trajo.
Palabras y palabras, cualesquiera, tu risa; y tú tan perezosa e incesantemente bella. Hablamos, y olvidaste las palabras.
El alba destructora me encuentra en una calle desierta, en mi ciudad.
Tu perfil que se aleja, los sonidos que conforman tu nombre, la cadencia de tu risa: esos son los ilustres juguetes que dejaste para mí.
Los revuelvo en el alba, los pierdo, los encuentro; se los cuento a los escasos perros vagabundos y a las pocas estrellas vagabundas del alba.
Tu rica vida oscura…
Debo alcanzarte, de algún modo; aparto estos ilustres juguetes que dejaste para mi, quisiera tu mirada subrepticia, tu sonrisa real; esa sonrisa solitaria y mordaz que la frialdad de tu espejo conoce.

II
¿Con qué podría retenerte?
Te ofrezco magras calles, ocasos desesperados, la luna de los corroídos suburbios.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado largamente a la luna solitaria.
Te ofrezco mis ancestros, mis muertos, los fantasmas que hombres vivientes han honrado en bronce: al padre de mi padre muerto en la frontera de Buenos Aires, dos balas a a través de sus pulmones, barbado y muerto,  amortajado por sus soldados en el cuero de una vaca; el abuelo de mi madre -con tan sólo veinticuatro años- encabezando una ofensiva de trescientos hombres en el Perú, ahora sólo espectros sobre desvanecidos caballos.
Te ofrezco, sea cual fuere, cualquier agudeza que puedan contener mis libros, cualquier hombradía o humor en mi vida.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que jamás ha sido leal.
Te ofrezco ese meollo de mí mismo que he salvado, de algún modo: el corazón central que no comercia con palabras, no trafica con sueños, y está intocado por el tiempo, por la alegría, por las adversidades.
Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista en el ocaso, años antes de que hubieras nacido.
Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías de ti misma, auténticas y sorprendentes noticias de ti misma.
Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón; intento sobornarte con la incertidumbre, con el peligro, con la derrota.
Jorge Luis Borges.

NECESIDADES.





              “Necesitas límites mentales.
               Necesitas no esperar. 
               Necesitas no esperar nada de los demás. 
               Necesitas no traficar con tu dolor. 
               Necesitas orgullo y soledad. 
               Necesitas orden. 
               Necesitas poesía.” 

               Alejandra Pizarnik.

viernes, 8 de marzo de 2019

LO ERÓTICO.


Lo erótico es un recurso dentro de cada una de nosotras que descansa en un nivel profundamente femenino y espiritual, firmemente enraizado en el poder de sentimientos no expresados o no reconocidos. Para perpetuarse, toda opresión debe corromper o distorsionar las fuentes de poder, en el interior de la cultura del oprimido, que puedan proporcionar energía para el cambio. Para nosotras, esto ha significado una supresión de lo erótico como fuente de poder y conocimiento en el interior de nuestras vidas.
Se nos ha enseñado a desconfiar de este recurso, que ha sido envilecido y devaluado en la sociedad occidental. Por un lado, lo superficialmente erótico ha sido difundido como signo de inferioridad femenina; por otro, a las mujeres se les ha hecho sufrir y sentirse despreciables y sospechosas en virtud de la experiencia de lo erótico. De ahí hay sólo un paso a la falsa creencia de que solamente por la supresión de lo erótico dentro de nuestras vidas y de nuestras conciencias las mujeres podemos ser realmente fuertes. Como mujeres, hemos llegado a desconfiar de ese poder que surge de nuestro más profundo e irracional conocimiento. Pero lo erótico ofrece un pozo de fuerza para la mujer que no teme su revelación.
Lo erótico es un lugar ubicado entre los comienzos de nuestro sentido de 'yo' y el caos de nuestros sentimientos más fuertes. Es un sentido interno de satisfacción al que, una vez que lo hemos experimentado, sabemos que podemos aspirar. Porque habiendo experimentado la totalidad de esta profundidad de sentimientos y reconocido su poder, por un sentido de auto-respeto, no podemos exigir menos de nosotras mismas.
La palabra erótico viene de la expresión griega eros, que alude a la personificación del amor en todos sus aspectos. Eros, nacido del dios Caos, representa el poder creativo y la armonía. Cuando hablo de lo erótico, entonces, hablo de una afirmación de la fuerza de vida de las mujeres, de aquella poderosa energía creativa cuyo conocimiento y uso estamos reclamando en nuestro lenguaje, en nuestra historia, en nuestros bailes, en nuestros amores, en nuestros trabajos, en nuestras vidas.
Para mí, lo erótico actúa de varias maneras y la primera es proporcionando el poder que proviene de la experiencia de compartir profundamente cualquier actividad con otra persona. El compartir el goce, ya sea físico, emocional, espiritual o intelectual, crea un puente entre las personas que puede ser la base para entender mejor aquello que no se comparte y disminuir el sentimiento de amenaza que provocan las diferencias.
Otra forma importante en que actúa la conexión erótica es reforzando, de manera abierta y audaz, mi capacidad de goce. De la misma manera en que mi cuerpo se abre a la música, respondiendo a ella, y escucha con atención sus más profundos ritmos, así también todo lo que siento puede abrirse a una experiencia eróticamente plena, sea ésta bailar, construir un estante, escribir un poema, examinar una idea. Esta auto-conexión es una medida del goce de saberme capaz de sentir, un recordatorio de mi capacidad de sentir. Y ese profundo e irremplazable conocimiento de mi capacidad de goce exige que viva toda mi vida en el conocimiento de que tal satisfacción es posible y no necesita llamarse matrimonio ni dios ni vida eterna.
Esta es una de las razones por las cuales lo erótico es tan temido y tan a menudo relegado solamente a la cama, cuando se llega a reconocer. Porque una vez que empezamos a sentir profundamente todos los aspectos de nuestras vidas, empezamos a exigir de nosotras mismas, y de todas las actividades de nuestras vidas, que estén de acuerdo con ese goce del que estamos conscientes de ser capaces. Nuestro conocimiento erótico nos da poder, se convierte en un lente a través del cual miramos todos los aspectos de nuestra existencia, obligándonos a evaluarla honestamente en términos de su relativo sentido en nuestras vidas. Esta es una gran responsabilidad que, proyectada desde nuestro interior, nos compromete a no establecernos en lo conveniente, en lo falso, lo esperado convencionalmente, lo meramente seguro.
Hemos sido formadas para temer el sí dentro de nosotras a nuestros más profundos anhelos. Pero una vez reconocidos aquellos que no potencian nuestro futuro, pierden su poder y pueden cambiarse por otros que sí lo hagan. El temor a nuestros deseos los mantiene bajo sospecha e indiscriminadamente poderosos, porque reprimir una verdad es darle más fuerza de la que podemos resistir. El temor de no poder crecer más allá de cualquier confusión que podamos encontrar en nosotras mismas nos mantiene dóciles y obedientes, definidas externamente, y nos lleva a aceptar muchas facetas de nuestra opresión como mujeres.
Cuando vivimos fuera de nosotras, y con esto quiero decir basadas solamente en directivas externas, en lugar de vivir basadas en nuestros conocimientos y en nuestras necesidades internas, cuando vivimos alejadas de las directivas eróticas que vienen desde adentro de nosotras mismas, entonces nuestras vidas permanecen limitadas por formas externas y alienantes y terminamos ajustándonos a una estructura que no está basada en las necesidades humanas. Pero cuando empezamos a vivir desde adentro hacia afuera, en contacto con el poder de lo erótico adentro, permitiendo que ese poder informe e ilumine nuestras acciones en el mundo que nos rodea, entonces empezamos a ser responsables de nosotras mismas en el más profundo sentido.
Al empezar a reconocer nuestros sentimientos más profundos, empezamos a dejar, necesariamente, de sentirnos satisfechas con el sufrimiento y la auto-negación y con la paralización que tan frecuentemente parece ser la única alternativa en nuestra sociedad. Nuestras acciones contra la opresión se hacen uno con nuestro ser, motivadas y reforzadas desde adentro. En contacto con lo erótico, me siento menos dispuesta a aceptar la impotencia u otros estados del ser que no son parte de mi naturaleza, tales como la resignación, la desesperación, la auto-destrucción, la depresión, la auto-negación.
Ese reconocer el poder de lo erótico en nuestras vidas nos puede dar la energía para procurar obtener cambios genuinos en nuestro mundo, en lugar de solamente esperar un cambio de personajes en el mismo cansador drama. Y esto es así no solamente porque tocamos nuestra más profunda fuente creativa sino porque hacemos lo que es femenino y autoafirmativo frente a una sociedad racista, patriarcal y anti-erótica.
A.L.

A MI MADRE.


“ELEGÍA”

 Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Miguel Hernández.

LOS JUSTOS.

                          "La luz brilla sobre los justos y la alegría sobre los de corazón recto"
                                                                  Salmo 97.


                                                                   LOS JUSTOS
                         Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.

                         El que agradece que en la tierra haya música.
                         El que descubre con placer una etimología.
                         Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
                         El ceramista que premedita un color y una forma.
                         El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
                         Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
                         El que acaricia a un animal dormido.
                         El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
                         El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
                         El que prefiere que los otros tengan razón.
                         Esas personas, que se ignoran, están salvando al mundo.

                          JORGE LUIS BORGES.

TÚ, MUJER!



Te quiero tranquila, deseo que dejes de cargar el mundo sobre tus hombros…
Deja de poner a todo mundo por encima de ti, 
Deja de comerte lo que sobra para que no vaya a la basura.
No podrás ayudar a todos los que te necesitan y estar para los que te aman si no empiezas a amarte….
Ámate como amas a todos los demás, vuélvete tu principal prioridad, ya no te trates como la segunda.
Deja de posponer el salón de belleza y de ofrecerte a tomar la foto para no salir en ella.
Yo te quiero tanto que podría sentarme a escucharte en un parque, en una banca, ni el café me haría falta.
Yo no te quiero a dieta, ni delgada, ni loca de fitness…..Te quiero sana, te quiero guapa, te quiero así divina pero con las ganas de hacer las paces contigo, con esa mujer que se ha dejado el cabello desatendido y no recuerda cuando fue la última vez que estrenó algo.
Porque pararte frente al espejo a ponerte linda, no te hace menos mamá, menos tía, menos abuela, menos mujer, menos esposa o menos profesional.
Porque mientes al decir que nadie te mira, ¡te miras tú!
Tú, tu primer, verdadero y leal amor,
Tú, tu juez más severo,
Tú, tu gran saboteador,
Tú, quien no se perdona,
Tú, ¡la persona más importante en tu vida!
Yo quiero que te dediques un momento a hacer algo para ti, una lectura, un proyecto, una caminata, una visita que te guste a ti.
¡Crece como una mujer independiente, sabia y feliz! El mejor y único compromiso es amarse y respetarse a sí misma.
Te quiero así grande, única y feliz…

BREVE ELOGIO DE LA MELANCOLÍA.






Vea, yo sé que es poco seductor un texto con este título, que estamos muy ocupados en vivir como para leer extravíos filosóficos de incierta utilidad. Aún así, dese una vuelta por estas líneas: quiero decirle algo sobre la tristeza.
Si hay una palabra con mala prensa, esa es tristeza, dudoso privilegio que comparte con culpa, pesimismo o angustia, por citar algunas de las más vergonzantes en un mundo donde el logro de la felicidad es una obsesión.
Bajo la tiranía de lo individual y del narcisismo no hay sitio para los que tenemos el mal gusto de ponernos tristes o melancólicos. La tristeza es propia de los “perdedores” y dígame: ¿quien desea integrar ese equipo de infelices?
La felicidad ha sido entronizada como ciencia y como industria. Cualquier muestra de congoja o el más módico pesar son interpretados como antesala de la depresión y disparan andanadas de Prozac y Rivotril, mientras los pregoneros de la belleza y la juventud alzan sus voces contra la pena y el tiempo armados de botox, colágeno y siliconas.
Dígame: ¿alguna vez no dudó sobre la perfección de algunas redondeces?
El imperio de lo redondo y plástico se ajusta a la imagen que propone la globalización, figura que evoca un globo inflado, abundante pero a la vez hueco y vacío, resbaladizo y frágil.
Ni el mismo Aldous Huxley hubiera imaginado un mundo tan feliz, saciado de gente en apariencia dichosa pero abundante en deprimidos.
Sostener una vida sin desdichas resulta muy costoso, la tristeza extirpada por mandato cobra su deuda en depresiones, fobias y ataques de pánico.
Créame: cuando eliminamos la tristeza suprimimos el pensamiento y lo convertimos en la primera víctima del poder que, camuflado de globo, se desvela por mantenernos ocupados y mejor aún enfrentados.
Dice un personaje de un cuento de Dolina:…“Casi todos los aparatos y artificios que el hombre ha inventado para producir alegría suspenden toda reflexión: la pirotecnia, la música bailable, las cantinas de la Boca, el mete gol, los concursos de la televisión, las quermeses”...
Es mejor no pensar proclaman los evangelistas de la felicidad y hordas de psicólogos positivistas cuelgan en la Web pasacalles con leyendas como: “Prohibido estar Triste” o “Si algo no tiene solución, para que hacerse problema”… Mire, negar la tristeza es tan absurdo como negar el dolor físico. Ambos nos alertan, uno nos hace críticos y sujetos de la duda, el otro nos avisa sobre las amenazas de daño corporal.
¿Sabe cual es el problema?: hay quienes confunden alegría con anestesia, así como otros ven en la esperanza un plazo fijo.
Haga una prueba: consiga un cuestionario de síntomas de la alegre Comisión Mental de Nueva York y llénelo. Si Ud. admite que siente poco interés por las cosas, que duerme mucho o muy poco, que tiene escasa energía y apetito o padece problemas para concentrarse: Ud. es un depresivo. Resulta irrelevante si lo echaron del trabajo, si su mujer lo engaña con el plomero o si no le sale ni un crucigrama: Ud. está deprimido.
La psiquiatría de la globalización ha trasformado la pena normal en trastorno depresivo. Contradiciendo al globo de superficie lisa y afable, el mundo que habitamos tiene una corteza áspera, poblada de escollos. Ser humano significa reaccionar con sentimientos tristes a esos escollos o adversidades, superarlos y crecer con cada experiencia.
No se preocupe: la tristeza está porque nacimos, es el resultado de la conciencia que todo hombre tiene de su muerte. Una vida plena solo es posible cuando aceptamos que tenemos fecha de vencimiento. Si, si, ya se... es verdad que en ocasiones estaremos tristes, pero ¡pensantes!
Admitir nuestra caducidad es el paso necesario para convertirnos en personas que abandonan la fantasía de ser únicos -como todos nos soñamos- y aceptar la alteridad: Solo somos con y entre otros, aunque haya que ir a las reuniones de consorcio...
Es urgente por estos tiempos, una buena dosis de tristeza que nos descentre, nos permita reconocer a los demás y nos recree como sujetos críticos. Tengo que ir a mis sesiones de pilates, masaje capilar y tonificación glútea.
Si no estuviese tan apurada hasta me animaría a escribir como lo hiciera Flaubert: «Para ser crónicamente feliz, uno debe ser también absolutamente estúpido».

JP.

martes, 5 de marzo de 2019

PARA MIS HIJOS I.







''No quiero que se parezcan en lo más mínimo a mí, ni siquiera en una mirada. Ustedes no son la continuación ni de mi apellido, ni de mi  forma de ser. No son mi apéndice, son mucho más que éso... son únicos, irrepetibles e indispensables.
No serán lo que nunca pude ser, ni los lanzaré por los senderos que yo hubiera querido recorrer.
Hijos míos, ustedes son sencilla y llanamente diferentes, desafiantes al exponer sus puntos de vista y realmente quisiera que sean sus propios escultores, que sus cinceles hagan pedazos las asperezas y redondeen las puntas que los afligen.
Eso solo lo pueden hacer ustedes, no fabriquen sus cimientos y columnas sobre nadie, sean fuertes, sean dignos.
Pero sobre todas las cosas del mundo, solo les pido algo: Sean todo lo que quieran ser, mientras les haga feliz: Vendan helados, ilusiones, compren nubes, pendientes, zarandeen a la vida y no sigan a los demás, no crean en lo que les digan, pregúntense, duden, cuestiónenselo todo, no obedezcan ciegamente, no sin antes pensar y analizar.
Sean timón, nunca ancla, sean mar..."