sábado, 26 de diciembre de 2020

ANA ROSA DÍAZ NARANJO.


 Desidia

"Fuimos débiles y la indulgencia nos convirtió en culpables".
Anatole France.
Con qué razón aclamar si no hay conciencia,
vivir serenos, sin que el combate fluya.
Qué pasará cuando el mundo se diluya
y se pierda en el adiós nuestra existencia.
Por qué razón compartir ambivalencia,
la incertidumbre constante, (el alma aúlla),
la alevosía, el ardid de quien arrulla
en su esqueleto derrotas y violencia.
Cuando no hay luz ni salida, el pensamiento
va disipándose al borde del vacío.
Gana la furia, el dolor, su desafío.
No habrá Noé que nos avise del fracaso
ni quien nos ceda cobija con su abrazo.
Somos botín para potros de tormento.
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Del principio
"Nada del universo está vacío, ni lleno en demasía".
Empédocles.
Alguna vez fui lobreguez, lodo, tiniebla
y detoné sin compasión sobre el vacío,
sufrí el encierro, nadie sabe, el desatino,
sólo el Big Bang fue desagravio en mi tristeza.
Salí triunfante del momento, y mi condena,
el maremagno iconoclasta como lid,
fue dar a luz días y noches sin un fin,
fue dar a luz islas, océanos, galaxias,
las estaciones, leyes, hombres, abundancia,
un dios, un diablo, una leyenda, un porvenir.
Y sabios
y guerras
y ciencias
y esclavos
y lagos
y artistas
y orgías
y edades
y hambre
y heridas.
Alguna vez
tuve una estocada,
mi génesis trazada
en magnánimo doblez,
tuve filósofos tal vez
que honraron mi voz en la comedia
de lo eterno, también una Edad Media
que asumió dislocación y ambigüedad,
tuve estratagemas, fenómenos, verdad,
mentiras, shape and form, y el daño que aún me asedia.
Alguna vez tuve una isla, un aguacero,
un partidario incipiente como ardid,
una goleta, un letargo, un Mio Cid,
una esperanza, un tapiz, un caballero,
una batalla, un cantar, un hormiguero,
la idiosincrasia torcida del espanto,
un óleo de Matisse y el adelanto
hacia el umbral suspicaz de otras simientes.
Alguna vez resurgí tras indulgentes
concavidades in memoriam de algún santo.
Por eso canto mi endecha,
mi lágrima feliz adulterada,
por eso canto mi nada,
mi luna sideral, mi ron Arecha.
Por eso canto la estrecha
por eso canto hasta el double
comunión del espectro indisoluble,
clip de simpatía o de desconsuelo,
por eso canto hasta al suelo
donde lastro mis raíces.
Fe voluble
porque canto al orate, a la razón,
porque canto a la luz y a la tiniebla,
porque canto al decoro y a la niebla,
porque canto al sufrimiento, a la ilusión,
porque canto a lo maldito, al corazón,
porque canto a la esencia y a lo inerte,
porque canto a la cábala y la suerte,
porque canto a la luna, al cautiverio,
porque canto con arpas y salterio.
Porque canto a la vida y a la muerte.
Ana Rosa Díaz Naranjo.

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