domingo, 27 de diciembre de 2020

JULIO HERRERA Y REISSIG

 


La fuga.
Temblábamos al par... En el austero
desorden que realzaba tu hermosura,
acentuó tu peinado su negrura
inquietante de pájaro agorero...
¡Nadie en tus ojos vio el enigma, empero
calló hasta el mar en su presencia oscura!
Inaccesible y ebria de aventura,
entre mis brazos te besó el lucero.
Apenas subrayó el esquife vago
su escuálida silueta sobre el lago,
te sublimaron trágicos sonrojos...
Sacramentó dos lágrimas postreras
mi beso al consagrar sobre tus ojos.
¡Y se durmió la tarde en tus ojeras!...
Julio Herrera y Reissig.

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